¿Quién nos observa?

ninosEl Louvre y sus visitantes (Bienal Internacional de Fotografía Fotonoviembre 2013, abierta hasta el 2 de marzo en TEA-Tenerife Espacio de las Artes, antes en la Casa de América en Madrid y en el Centro Cultural La Misericordia en Palma de Mallorca) una relación fructífera que goza de una excelente salud dentro de los debates de la museología francesa actual y que nos ofrece en España, a través del trabajo del artista brasileño multidisciplinar Alécio de Andrade, un proyecto artístico, fruto de cuarenta años de investigación que analiza a partir de doce mil piezas, que han sido posteriormente seleccionadas, un exquisito estudio etnológico compuesto por diversos elementos que conforman un ente común: el público, principal cliente de los museos.

En esta exposición de arte contemporáneo, no sólo se muestra la fotografía como vehículo del arte, sino que se acepta su potencial visual en toda su extensión al desvelar el patrimonio artístico expuesto en uno de los principales templo del arte, como es el Louvre, contemplado por un entramado multicultural y generacional que consume el arte en las dosis deseadas y con las actitudes pertinentes del contexto histórico-artístico correspondiente. Desde una óptica poética y exenta de artificio, Andrade insistía en captar a través de sus instantáneas poses liberadas de los corsés sociales, confiriendo a sus imágenes la espontaneidad de las fotografías realizadas en lo años 30 por creadores como Martin Munkacsi, quien retrataba la moda, incidiendo en la actitud, en la formas naturales del que posa, sin adorno, sin “parure”.

Casi medio siglo de trabajo nos describe una evolución técnica y estética de un lenguaje que transita entre el periodismo gráfico y la fotografía de moda, en donde observamos profundas transformaciones en la capas generacionales y en las actitudes que se manifiestan ante la magnificencia de la obra de arte, intacta ante el paso del tiempo y las tendencias que marcan estilo. Andrade dotó de alma, de sentimientos, de estados de ánimo y creó zonas de vulnerabilidad. En sus imágenes los visitantes transmiten una intensidad febril en sus actitudes intrínsecamente relacionadas con la obra de arte. Si sentimos, nos extasiamos y vibramos con el arte, ¿Porque no lo consumimos en buenas dosis? Quizá, ésta debería ser una pregunta que podrían realizarse los gestores de los museos en España con el objeto de establecer estrategias para la captación de público. Tesis que nos inducen a la reflexión a través de la fotografía como nueva forma de ver, desde una postura analítica, captada por una lente apasionada, retratista y compuesta técnicamente por un composición impecable, que parte de dos elementos de trabajo: el público y la obra; la actitud y la empatía con el arte, la sociedad y la sensibilidad. ¿ Valoramos y amamos nuestro patrimonio artístico?

 

Por Nuria Segovia Martín
Consultora y crítica de arte
@NuriaSegovia


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