Julio Sánchez solemnizó su incorporación a la Real Academia el pasado lunes 30 de enero

En torno a unas 80 personas se congregaron el pasado lunes 30 de enero en la sede de la Real Academia, para asistir al acto solemne de incorporación a esta Corporación como Académico Correspondiente del historiador Julio Sánchez Rodríguez. En el acto, presidido por nuestra Presidenta Rosario Álvarez, estuvieron presentes el Presidente del Parlamento de Canarias, Don Antonio Castro Cordobés, numerosos compañeros académicos y personalidades del mundo de la cultura. Tras las palabras iniciales de bienvenida de la Presidenta, el secretario, Gerardo Fuentes Pérez, leyó el acta en el que se acordó nombrar Académico Correspondiente a Julio Sánchez.

 A continuación, Julio Sánchez pronunció su discurso titulado “Las Bellas Artes en la obra de Bartolomé CairascoJulio Sánchez de Figueroa”, en el que desglosó la vida y la obra de este poeta, músico y autor de obras de teatro, considerado el padre de las letras canarias. Destacó el recipiendario distintas obras como Esdrujulea, Vita Cristi, las comedias de recibimiento y, sobre todo, Templo Militante o Flos Sanctorum. Precisamente en esta última obra de Cairasco de Figueroa se centró la disertación de Julio Sánchez, haciendo referencia a sus influencias literarias y doctrinales, así como a sus contenidos, entre los que ocupa un lugar preferente las Bellas Artes, destacando la arquitectura, la escultura, la pintura y la música. Comenzó con la arquitectura recordando que “entre los diversos oficios que Cairasco ejerció en la catedral de Santa Ana, uno de ellos fue el de Obrero Mayor o responsable y mayordomo de las obras del edificio. La arquitectura estuvo muy presente en su pensamiento y en sus escritos. El Templo Militante es representado alegóricamente como un espléndido edificio de nueve naves, separadas por catorce columnas, y con cuatro torres”. Por otro lado, destacó el recipiendario que Cairasco era buen conocedor de la escultura, expuso que el cabildo catedral le encargó el seguimiento de la hechura de varias imágenes, entre ellas el Cristo Crucificado de Agustín Ruiz, esculpido en 1604. Por otro lado, apuntó Julio Sánchez, Cairasco definió la pintura como “imitadora y retrato de la naturaleza, poesía muda y habilidad maravillosa”, siendo este arte el que centrara a continuación el discurso del recipiendario. Expuso que el canónigo canario fundó la capilla de Santa Catalina en la catedral y para su decoro encargó en Sevilla una pintura que representara los desposorios místicos de la santa, obra de Juan de Roelas. Antes de concluir su disertación, Julio Sánchez hizo referencia a la música, que según nuestro compañero académico, fue el arte más sublime en la vida de Cairasco. La destaca en 30 de los capítulos de su obra Templo Militante, en el capítulo primero de la Encarnación aparecen en escena músicos con instrumentos musicales, como una preciosa alegoría de la concordia entre Dios y el hombre. El cabildo le encomienda “que pruebe las campanas y el órgano que se había encargado a Pascual Hardin a través de su factor Lorenzo Guisquiere”, se le designa para que cante la pasión en Semana Santa, y se le pide que toque el órgano cuando faltaba organista en la catedral. Concluyó Julio Sánchez expresando su agradecimiento a la Real Academia Canaria de Bellas Artes, manifestando que “Es para mí un gran honor pertenecer a la Academia, pero también un gran compromiso. Cuenten con mi total disposición en lo que pueda servirles. Muchas gracias a todos los asistentes a este acto, gracias por su atención y cariño”.

Le respondió en nombre de la Real Academia Gerardo Fuentes Pérez, quien alabó el rigor científico, académico y profesional de D. Julio, haciendo alusión a su labor investigadora convertida en una extensa nómina de títulos de libros, de artículos y de ensayos, prueba de su preocupación por divulgar y dar a conocer nuestro acervo cultural. Afirmó Gerardo Fuentes que “Don Julio no investiga, no analiza, no escribe sólo por demostrar que domina los archivos, lo que intenta es encontrarse con la propia historia, es decir, con el hombre, es una vocación de servicio”. Añadió que para conocer hoy la historia de la iglesia canaria “no queda más remedio que pasar por el tamiz de Don Julio”. Concluyó la laudatio extendiendo en nombre de la Real Academia una bienvenida a esta Corporación.

Tras las palabras de Gerardo Fuentes, se procedió a la imposición de la medalla y entrega del diploma a cargo de nuestra Presidenta, quien a continuación, expresó su más cálida bienvenida a nuestro compañero académico. Concluyó el acto con una pequeña degustación musical, en la que la soprano Nisamar Díaz y el vihuelista Carlos Oramas interpretaron obras de la época de Cairasco de Figueroa.
Le damos nuestra más sincera enhorabuena a nuestro compañero académico correspondiente, Julio Sánchez Rodríguez.
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