Diego Estévez ingresó el pasado lunes 23 de abril en la Real Academia

“De la mayoría de las publicaciones de arquitectura y de la prensa diaria han desaparecido las palabras belleza, poesía, embrujo, magia, encantamiento. Las palabras serenidad, silencio, misterio, asombro, hechizo”. Esta cita de Luis Barragán, evocada por nuestra compañera Maribel Correa  en  su acto de ingreso, se erigió en el lema subyacente que recorrió todo el acto de incorporación como Académico de Número del arquitecto Diego Estévez Pérez. El elogio de la arquitectura, y la defensa de ésta como creación artística, permanecieron inmutables en el discurso de ingreso de Estévez Pérez, y la Laudatio, pronunciada por Federico García Barba. Dos arquitectos que conciben la arquitectura como poesía, sin prejuicio de su funcionalidad y sostenibilidad.

El pasado 23 de abril tuvo lugar en la sede nuestra Corporación el acto solemne de ingreso del arquitecto Diego Estévez Pérez. Tras las palabras de bienvenida de la Presidenta, Rosario Álvarez Martínez, el Secretario General, Gerardo Fuentes Pérez, hizo referencia al acta en el que se acordó por unanimidad elegir a Diego Estévez Pérez como Académico electo para Numerario. A continuación, la Presidenta dio la palabra al recipiendario, que desarrolló su discurso titulado “Apuntes sobre una creación arquitectónica compartida”.

Diego Estévez comenzó su intervención haciendo referencia a sus primeros pasos en el campo de laActo_Estvez_11arquitectura, en el que fueron fundamentales los años en los que trabajó en el Estudio Per en Barcelona, con grandes maestros como Tusquets, Clotet, Cirici y Bonet. Las creaciones arquitectónicas del Estudio Correa + Estévez (constituido en 1993 por Maribel Correa y Diego Estévez) que se iban proyectando en la pantalla, eran testimonio de la veracidad de los argumentos que expuso en su intervención el recipiendario. Tres fueron las ideas fundamentales que destacó Diego Estévez: la primera, la calidad arquitectónica influye en la calidad de nuestras vidas, para ello es necesario clientes exigentes y arquitectos capaces; en segundo lugar, Estévez defendió la arquitectura como manifestación artística, con cualidades estéticas a la par que funcionales (dos exigencias fundamentales en la arquitectura); y por último, la sostenibilidad, manifestando su compromiso con el medio ambiente y una arquitectura energéticamente autosuficiente.

En su carrera profesional, Diego Estévez dejó claro que ésta no era sólo fruto de su trabajo conjunto con Maribel Correa, sino resultado de un equipo humano muy bien formado y comprometido con las mismas premisas que sustentan al Estudio Correa + Estévez, anteriormente citadas. Culminó su intervención, haciendo referencia a dos proyectos, a saber, el Palacio de Justicia, pendiente de construcción, y la creación de joyas artesanas “caladas”, inspiradas en el calado canario.

Acto_Estvez_15A continuación, Federico García Barba le respondió en nombre de la Real Academia, en un discurso en el que alabó el estilo identificativo, las pautas peculiares y los recursos intelectuales y metodológicos de un “arquitecto de excelencia”. Manifestó García Barba que el trabajo de Estévez es una gran labor arquitectónica, marcada posiblemente por sus años universitarios en Cataluña, y el estudio Per, donde Diego Estévez pudo aprender de creadores que no sólo concebían la arquitectura como proyección física del espacio, sino como una exigencia que aspira a fines más elevados. Destacó García Barba la funcionalidad y confort de la arquitectura de Estévez + Correa, que responde a las necesidades que se demandan, y de la que es prueba el dilatado éxito de todos sus edificios; la sensibilidad de este Estudio con el entorno que rodea una edificación, pues “la arquitectura es dependiente del lugar donde se ubica”; y, haciendo referencia a la labor de Diego Estévez en la restauración de edificios antiguos, encomió el conocimiento exhaustivo de las técnicas antiguas, y concluyó resaltando la preocupación por el interiorismo de un creador, “cuyo magisterio es una consecuencia inevitable y no buscada”.
A continuación, se procedió a la entrega de la medalla y el diploma académico. Los Académicos Vicente Saavedra y Javier Díaz LLanos-La Roche acompañaron al recipiendario a la mesa presidencial. Cerró el acto la Presidenta,IMG_3511_Copiarquien tras extenderle la bienvenida a nuestro nuevo compañero, valoró las cuidadas intervenciones de Diego Estévez en el patrimonio canario, como son el Hospital de Dolores y el Instituto Cabrera Pinto.

Si como afirmó Luis Barragán “hay que recrear y renovar la nostalgia, volviéndola contemporánea, porque, una vez que la arquitectura ha cumplido con las necesidades utilitarias y de funcionamiento, tiene todavía delante de sí otros logros que alcanzar: la belleza y el atractivo de sus soluciones”, no cabe duda que la arquitectura de Estévez, por su gran aspiración a una máxima funcionalidad de sus edificios, por su exquisita atención a los lugares y al paisaje, por su cuidado del confort, por su respecto a la arquitectura heredada y su gran preocupación por el interiorismo, se adapta a los preceptos de Barragán. Y ante esto, felicitamos a nuestro nuevo compañero Académico, y le extendemos una calurosa bienvenida a nuestra Corporación.

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