Tarquis Soria, Pedro

Académicos

Antiguos académicos

Tarquis Soria, Pedro

Datos personales

Lugar de nacimiento: Madrid.

Fecha de nacimiento: 19 de octubre de 1849.

Defunción: 11 de septiembre de 1940, Santa Cruz de Tenerife.

Fecha de su nombramiento como Académico de Número de la RACBA

6 de agosto de 1913.

Especialidad, curriculum y obras

PINTOR.

Fue discípulo en Madrid del pintor Fernando Ferrant y Llausas, ingresando más tarde en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en donde recibe lecciones del gran paisajista Carlos Haes, adquiriendo una formación técnica muy completa. En 1870 fija su residencia en Santa Cruz de Tenerife. Su llegada generó un impacto positivo entre los pintores locales, ya que traía un nuevo concepto en la captación del paisaje aprendido con Haes, quien había abandonado la tradición de pintar encerrado en el estudio y salía a pintar del natural. En 1873 volvió Tarquis a pasar un año en Madrid, de donde regresa ya definitivamente a Tenerife, contrayendo matrimonio en Santa Cruz con Dolores Rodríguez Núñez, que le dará tres hijas y cuatro hijos, entre ellos Eduardo y Pedro, quienes como él serían en el futuro Académicos Numerarios de la RACBA en su segunda y tercera época.

Pedro Tarquis se involucró decididamente en la política local y en la sociedad santacrucera. Fue varias veces concejal del Ayuntamiento y llegó incluso a ser Alcalde. Con Teodomiro Robayna promovió en 1900 la idea de crear un Museo de Bellas Artes, cosa que culminó con éxito al encontrar respuesta y colaboración entre la mayoría de los artistas canarios, que donaron obras para el mismo. Desarrolló labores pedagógicas continuamente, especialmente como profesor de la Escuela Municipal de Dibujo y de la Escuela de Artes y Oficios creada en 1913, de la que fue director, retirándose de estas responsabilidades, por su avanzada edad, en mayo de 1933.

Fue un pintor realista, y el introductor de esta tendencia en la Isla al incitar a los otros paisajistas a salir del estudio para pintar directamente del natural, habiendo influido de manera clara esta tendencia en varios pintores, como Valentin Sanz, que tras su contacto con Tarquis le dio un giro a su concepto del arte. Apunta Alloza: “La gran luminosidad del cielo de Canarias la transportó a sus lienzos, logrando acertados paisajes, en los que supo armonizar los efectos luminosos con el colorido de la tierra y la vegetación”. Pondera también dicho autor su condición de muy buen dibujante. Es el paisaje, pues, la meta de su atención pictórica, y en este género se centra la mayor parte de su producción conservada.

Bibliografía

Miguel Ángel ALLOZA MORENO: “La pintura en Canarias en el siglo XIX”. Tenerife, Aula de Cultura, 1981, pp. 295-297.

Foto: Gentileza de Carlos GAVIÑO de FRANCHY.

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