Antiguos académicos
Antiguos académicos
Lugar de nacimiento: Puerto de la Cruz, Tenerife.
Fecha de nacimiento: 5 de marzo de 1839.
Defunción: 7 de octubre de 1917, Santa Cruz de Tenerife.
Académico de número desde el 6 de agosto de 1913 (Primer Académico de la Sección de Música)
MAESTRO DE MÚSICA, COMPOSITOR.
Con la primera denominación, “Maestro de música”, se alude a la profesión de este primer Académico de la sección de música de 1913, en la breve nota de óbito que le dedica uno de los dos periódicos que registran su fallecimiento. Esto indica que era, efectivamente, un “Maestro”, es decir, un director de agrupación musical, un director de bandas de música, y un acreditado pedagogo de lo mismo.
Francisco Martín Rodríguez era hijo de Tomás Martín Lemus y Josefa Rodríguez Real, los dos de las familias de raigambre portuense Lemus y Real. Francisco fue el mayor de ocho hermanos y hermanas y la ordenación de su pensamiento se inició con una privilegiada educación doméstica, al calor de su buena familia –sostenida en la tradicional instrucción privada, pues la pública era precaria o intermitente– al que pronto se sumarían sus aptitudes y predisposición a la música –con la bandurria, el cornetín y el piano– transcribiendo al pentagrama las melodías populares que escuchaba desde 1846-47. Buena muestra de ello es la obra que nos ha llegado, con una excelente caligrafía y un dominio del lenguaje que denotan una muy buena enseñanza a la francesa según los cuadernos de música y otros textos que guardan aún sus bisnietos.
En estos primeros años, el joven vivió y disfrutó de una cosmopolita ciudad donde las melodías, ritmos y estilos de diferentes procedencias convivían con las tradiciones populares isleñas y las costumbres europeas. Hay que recordar que en las principales poblaciones del Norte de Tenerife, el cultivo de la música en torno a las bandas civiles entró en auge creciente desde poco antes de mediar el siglo XIX y se entremezcló con las parrandas y otras manifestaciones musicales.
Al fallecer su padre se traslada a Santa Cruz de Tenerife con su madre y sus hermanas. En el periodo santacrucero que va desde 1869 hasta 1897, Francisco Martín forma su familia, se granjea un puesto como maestro de música, intérprete, compositor y director, se configura como un ciudadano comprometido[1] y, por supuesto, comparte los acontecimientos más relevantes de nuestra historia, en los que la música jugaba un papel preponderante. Lo encontramos en la banda de la Joven Democracia en 1869, en la Banda de la Sociedad de Trabajadores –más tarde La Bienhechora– desde 1874 hasta 1891, en la banda de La Benéfica desde marzo de 1892 hasta junio de 1897, de vuelta a la Bienhechora en julio de 1897, hasta diciembre de ese año, cuando ya lo hallamos en la Banda Municipal de Gáldar (Gran Canaria) hasta 1902.
Siendo su competencia musical tan acreditada y atravesando la banda musical de Gáldar (Gran Canaria) una crisis organizativa por falta de una dirección competente, fue llamado Martín Rodríguez en 1897 por el Ayuntamiento de aquella población para dirigirla, ofreciéndosele un sueldo de 200 pesos anuales y vivienda gratuita. Se llevó a Gran Canaria consigo a su hijo Francisco Martín Reyes, y más tarde a toda su familia.
Socio artístico, es decir intérprete, de la Sociedad Filarmónica de Santa Cruz de Tenerife desde 1879 participó en todos los conciertos de esa institución y las diversas formaciones camerísticas que se desgajaron de esta. Es conocido que el maestro Juan Padrón, director de la Filarmónica ‘Santa Cecilia’, programó en sus conciertos obras de Francisco Martín de entre las más de 55 que componen su catálogo, de las cuales solo unas pocas han llegado hasta nuestros días.
A mayor abundamiento sobre su reconocido prestigio como compositor que transcribió melodías populares a música para bandas, cabe recordar que cuando tiene lugar la visita del Rey de España a Canarias pasando unos días por Tenerife, cuentan las crónicas que, tras culminar la jornada del 28 de marzo en Santa Cruz, se vuelve el monarca a pernoctar en su barco, y “en el momento de embarcar, la ‘Banda del Regimiento de Tenerife’ interpretó una versión revisada del precioso popurrí de los ‘Cantos Canarios’ de Francisco Martín Rodríguez, dedicada a Alfonso XIII”. Era una revisión de los que ya había estrenado con la banda de la Joven Democracia en 1869.
De las esquelas mortuorias de Francisco Martín Rodríguez deducimos que su familia tenía en mucha honra su más preciado galardón, que manifiestan como único título del finado: “Académico de la de Bellas Artes de Canarias”. Vivía con su esposa, Agustina Reyes y Reyes (nacida en Guía de Isora en 1853), en la calle Puerta Canseco. Ambos habían procreado a Juana (1873), Francisco (1875), Feliciano (1878), María Dolores (1881), Tomás (1886) y Manuel (1893)[2].
Que a don Francisco Martín Rodríguez se le llamara para ser adscrito a la sección de Música de la Academia Canaria de Bellas Artes cuando ésta se reinstauró en Tenerife, nos sugiere que era una personalidad intelectualmente respetada y solvente. Entre su nombramiento en 1913 y el año de su de defunción, 1917, fue asiduo asistente a todos los plenarios de la corporación, menos a uno.
Desde muy joven, en el Puerto de la Cruz, nuestro compositor, con avezada predisposición a la música, conoció las fuentes populares, las tocó, las memorizó y transcribió. Es fácil imaginar al joven y bohemio compositor, hasta que partió para Santa Cruz de Tenerife, en las fiestas del Valle de la Orotava, en Icod, los Realejos y el Puerto de la Cruz, en la isla baja, en Garachico, Buenavista, el Tanque y los Silos, interpretando y recopilando isas, folías, malagueñas, seguidillas y todos los cantos del norte durante treinta años. Desde dentro de nuestra música popular –fuente inagotable de melodías– construyó antes de 1880, bien con el piano o con los metales y las maderas, su incipiente cancionero musical isleño de culta ambición. Sin lugar a dudas Francisco Martín Rodríguez fue pionero, base fundamental del regionalismo musical canario y, a la vez, modelo para otros.
LS/CAF
[1] Ya el 22 de mayo de 1870 formó parte del comité republicano como vocal. [«Sin título»] La Federación, Santa Cruz de Tenerife, 24 de mayo de 1870, p. 2.
[2] De Manuel ha llegado hasta nuestros días una parte del legado musical de su padre. Un juego completo fotocopiado fue depositado en la Real Academia Canaria de Bellas Artes, en 2016, por la familia Rancel Torres –a través de su bisnieta Nélida Rancel Torres–. El excelente trabajo compendiador de su esposo Baroncio Correa Ceballos fue primordial para el estudio de las partituras.
Alfonso MORALES MORALES: “De la inquietud musical de Gáldar a la presencia del director musical de su banda Francisco Martín Rodríguez”. EL DÍA, miércoles 22 de octubre de 2003, p. 25. Hay tres artículos más de este autor en el mismo periódico documentando a su hijo el músico Francisco Martín Reyes y sobre los directores que tuvo la Banda Municipal de Santa Cruz de Tenerife, en los cuales, de manera tangencial, se menciona también a Martín Rodríguez (18-IX-2003, p. 65; 5-XI-2003, p. 68; y 2-III-2004, p. 70).
Recortes de prensa y apuntes varios reunidos por Rosario Álvarez Martínez.
Datos localizados en Internet por Pablo Vázquez Ramírez.
Archivo de Compositores Canarios de El Museo Canario: carpeta “Francisco MARTÍN RODRÍGUEZ, Documentación”.
Correspondencia (1999) entre Lothar Siemens y Julio N. Rancel Villamandos, bisnieto del compositor, quien amablemente nos ha suministró en 2010 la foto del mismo, que data de aprox. de 1912/15.
Documentación aportada por los bisnietos de la familia Rancel Torres y Rancel Villamandos (2022).
Conrado ÁLVAREZ FARIÑA:” Francisco Martín Rodríguez (1839-1917), precursor en la traslación de los Cantos Populares Canarios a música para bandas”. Anales de la RACBA, nº 15 (2022), pp. 99-125.
Conrado ÁLVAREZ FARIÑA: “Francisco Martín Rodríguez. Obras para Banda”. Compositores de la Academia (2024)