La Real Academia Canaria de Bellas Artes continúa con la publicación de la colección “Compositores de la Academia”, dedicando su nuevo libro de partituras al director de orquesta y compositor Armando Alfonso. Bajo el título “Armando Alfonso. Obras escogidas” se recoge un estudio biográfico y artístico a cargo de la musicóloga y vicepresidenta primera de esta Corporación, Dra. Rosario Álvarez Martínez, y una selección de piezas que abarcan obras para piano, vocales (con textos de Gerardo Diego, Vicente Gaos, José Gorostiza y Antonio Gala), para guitarra, orquesta y de cámara, escogidas directamente por el compositor.

El objetivo de esta colección de publicaciones, que cuenta en esta ocasión con la colaboración del Gobierno de Canarias, es difundir la obra de creadores canarios y poner en valor sus creaciones. Y es que este cuaderno de partituras, que constituye el cuarto número de la mencionada colección, permite conocer y divulgar una parte importante del corpus creativo del compositor canario Armando Alfonso López. Los números anteriores estuvieron dedicados a una selección de las obras vocales de Lothar Siemens Hernández (que inauguró la colección), de las óperas de Francisco González Afonso y de las obras de cámara de Manuel Bonnín.

Hijo del famoso pianista y compositor Javier Alfonso, Armando Alfonso recibió una esmerada educación musical, en la que se dejó sentir la influencia de su padre. Estudió piano y composición con Victorino Echevarría, Enrique Aroca y Julio Gómez en el Real Conservatorio de Madrid, donde su padre era catedrático, trasladándose luego al Conservatorio Nacional Superior de París para ampliar los estudios de composición con Tony Aubin e iniciarse en la dirección de orquesta con Eugène Bigot y Robert Blot. Más tarde, continúa la dirección de orquesta en Italia con Sergiu Celibidache y Franco Ferrara. Fue director musical del Ballet Español de Pilar López en la temporada 1960-1961 y en esa década colaboró asiduamente con otras compañías de ballet españolas. En 1969 es llamado a dirigir la Orquesta de Cámara de Canarias, que tras la muerte en l966 de su primer director y fundador, Santiago Sabina, había pasado por un período de crisis y no había logrado tener un director estable. Al año de su llegada a Santa Cruz de Tenerife la orquesta se convirtió en sinfónica al ampliarse la plantilla, y con ella desarrolló una gran actividad concertística. Asimismo, renovó la programación, en la que incluyó obras de compositores canarios o afincados en las islas. Bajo su batuta la Orquesta Sinfónica de Tenerife grabó un disco de música de compositores tinerfeños de los siglos XIX y XX de gran interés musicológico. Permaneció al frente de esta agrupación hasta l985, y a partir de entonces colabora con ella de forma esporádica. Como director ha actuado al frente de muchas de las principales orquestas españolas, así como en Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Italia, Bulgaria, Checoslovaquia, Polonia, Méjico, Estados Unidos y Japón. Al mismo tiempo, ha desarrollado una amplia labor docente en el Conservatorio Superior de Música de Santa Cruz de Tenerife, donde ha impartido clases de Armonía, Contrapunto, Fuga, y Composición. En la actualidad está jubilado como catedrático del mencionado centro.