Tarquis Rodríguez, Eduardo

Académicos

Antiguos académicos

Tarquis Rodríguez, Eduardo

Datos personales

Lugar de nacimiento: Santa Cruz de Tenerife.

Fecha de nacimiento: 3 de mayo de 1882.

Defunción: 29 de abril de 1948, Santa Cruz de Tenerife.

Fecha de su nombramiento como Académico de Número de la RACBA

6 de agosto de 1913.

Especialidad y curriculum

ESCULTOR Y GESTOR.

Hijo de Pedro Tarquis Soria y de María Dolores Rodríguez Núñez, completó en Madrid su formación artística, iniciada en Tenerife, pensionado por el Ayuntamiento de Santa Cruz, permaneciendo allí varios años hasta su regreso en 1909. Culminó tales estudios de Bellas Artes, especializándose en escultura, en la Academia de San Fernando, particularmente bajo las directrices de José Alcoverro. A su regreso, y como gesto de agradecimiento a su ciudad natal, regaló al Museo un jarrón de escayola de 66 cm de alto por el que había obtenido una mención honorífica en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1908, habiéndosele concedido además el primer puesto en la clase de modelado y vaciado. Dicho Museo tinerfeño exhibe otras esculturas suyas.

Todavía en Madrid (1908) pudo gestionar y conseguir, con los apoyos del Diputado a Cortes Antonio Domínguez Alfonso y del Conde de Torrepando (antiguo Numerario de la RACBA), el depósito oficial en el Museo de Tenerife de obras escultóricas de varios museos de arte madrileños.

Ya desde antes de ir a estudiar a la capital del Reino, Eduardo Tarquis estuvo estrechamente involucrado en la idea y organización del Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz que impulsaron su padre, Nicolás Estévanez y Teodomiro Robayna. La labor de Eduardo Tarquis para nutrir de obras de arte al Museo de Santa Cruz fue constante e incansable. Tras ser secretario del mismo durante la dirección de Robayna, a la muerte de éste en 1925 asumió el cargo de Director, ocupando la secretaría el pintor Manuel López Ruiz. Se jubiló de tal cargo el 6 de noviembre de 1942, siendo relevado por Nicolás de la Oliva Blardony. Durante esos años desempeñó también durante un tiempo la dirección de la Escuela de Artes y Oficios. Se le distinguió con el título de Comendador de la Orden de Alfonso XII.

Eduardo Tarquis estuvo casado con Belén Cordero Escalona, con la que tuvo 7 hijos e hijas.

Gracias a sus buenas relaciones en Madrid, tuvo un papel relevante para la consecución del restablecimiento de la RACBA en nuestras Islas en 1913, apoyado en la capital del Reino por el diputado tinerfeño Domínguez Alfonso. Entró en la primera corporación como miembro de la sección de Escultura, y siendo Consiliario 1º, sustituyó en la presidencia interinamente a Patricio Estévanez desde 1921 y por derecho tras su muerte en 1926, habiendo sido el presidente más duradero de la Academia (5 + 22 años), pues mantuvo tal cargo hasta que falleció en 1948.

No nos consta que durante su larga presidencia dinamizara la corporación ni que desde 1925 renovara los cargos vacantes que se fueron produciendo por defunción, lo que fue debido a que el antiguo convento de los franciscanos que albergaba tanto al Museo como a la Academia fue desalojado a partir de 1927 para ser reedificado, siendo reinstaladas en la renovada sede ambas instituciones sólo a mediados de la II República (en 1933) y careciendo de presupuesto y apoyos en todo ese periodo y hasta desopués de la Guerra Civil y los años cuarenta. De manera que al fallecer Eduardo Tarquis, tras un largo periodo de presidencia que coincidió con estas circunstancias, apenas quedaba en la corporación media docena de antiguos académicos. Le sucedió en la presidencia Arturo López de Vergara, quien se apresuró a realizar los primeros nombramientos tras casi veinticinco años sin renovaciones en la RACBA.

Bibliografía

El mayor aporte de datos sobre Eduardo Tarquis lo suministra Ana Luisa GONZÁLEZ REIMERS en diversas notas al pie de página de su edición compilatoria de los artículos periodísticos de Pedro TARQUIS RODRÍGUEZ bajo el título “Desarrollo del Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife”; Tenerife, Ayuntamiento de Santa Cruz, 2001. Véase especialmente las notas 28, 49, 60, 63, etc.

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