Guezala García, Pedro

Académicos

Antiguos académicos

Guezala García, Pedro

Datos personales

Lugar de nacimiento: La Laguna, Tenerife.

Fecha de nacimiento: 7 de octubre de 1896.

Defunción: 30 de marzo de 1960, Santa Cruz de Tenerife.

Fecha de su ingreso como Académico de Número de la RACBA

12 de mayo de 1948.

Formación y especialidades

PINTOR.

Perteneciente a una familia enraizada desde generaciones en Santa Cruz de Tenerife, su nacimiento y temporadas de infancia en La Laguna y Tegueste dejarán en él un poso de regusto por lo típicamente isleño. Se inició como pintor con el acuarelista Francisco Bonnín, pintor de paisajes y caseríos típicos de la Isla, y viaja en 1920 por unos años a Madrid, donde se matriculó en la Escuela Superior de Bellas Artes y recibió también lecciones de Sorolla, acudiendo a tertulias de poetas y pintores y frecuentando los estudios de éstos, especialmente el de José Aguiar (con cuya pintura muestra la de Guezala evidentes afinidades). Parece claro que entre 1917 y 1926 el contacto con las corrientes modernistas marcó la expresión artística de Guezala, formando parte del grupo de artistas que, como Davó, Néstor o Borges Salas, desarrollaron e implantaron el modernismo de raíz isleña en el arte canario.

A su regreso asiste en Tenerife a varios cursos en la Escuela de Artes y Oficios de Santa Cruz, frisando ya los treinta años de edad. Es entonces cuando comienza a proliferar su verdadera actividad pictórica: ilustraciones en revistas, bocetos para carteles, vinculación al Círculo de Bellas Artes y su primer premio: medalla de oro en artes decorativas por la realización de una vidriera para el pabellón tinerfeño de la Exposición Iberoamericana en Sevilla de 1929. Su participación en XII Salón de Otoño de Madrid propicia que el jurado lo proponga para miembro de la Asociación de Escultores y Pintores.

En 1932 gana por oposición la plaza de Profesor de Dibujo de la Escuela de Náutica de Santa Cruz de Tenerife. Es en ese momento cuando comienza su carrera de Perito Aparejador, que culmina en 1938. En el futuro sería delineante en el estudio del arquitecto José Enrique Marrero Regalado, con quien también comparte afinidades estéticas.

En 1938 contrae matrimonio con Mª Belén Martel Perdomo, habiendo sido su mujer para él, de entonces en adelante, un apoyo y estímulo constantes. Pintaba bodegones, desnudos, paisajes, retratos, etc, y fue por iniciativa de su esposa que expuso su primera “maga”, la cual se vendió inmediatamente, lo que le inclinó a cultivar también, con cierto sentido comercial, un género de pintura de mucha demanda basado en las campesinas tinerfeñas presentadas como rostros, bustos, figuras de cuerpo entero o en composiciones de varias figuras, tratadas al pastel y al óleo, principalmente.

Especialmente fecundas fueron para él, por su gran actividad artística, las décadas de los años 40 y 50, tanto en ventas como en perfeccionamiento de su estilo, en cosecha de buenas críticas y en obtención de premios. Realizó entonces no menos de veinte exposiciones individuales y colectivas no sólo en Tenerife, sino también en Las Palmas (Galería Wiott) y en Madrid. A partir de 1949, siendo ya miembro de la RACBA, se encarga en Santa Cruz de las clases de ‘dibujo del natural’ en la Escuela de Bellas Artes, y es a partir de entonces cuando realiza sus obras más monumentales: el “Regreso de la pesca”, o un gran fresco decorativo para la iglesia de Santo Domingo de La Laguna, etc.

Guezala y Bonnín, tildados de conservadores, fueron desde mitad del siglo XX blanco de crecientes ataques y menosprecios por parte de algunos intelectuales locales y de los partidarios de las corrientes renovadoras vinculadas a las vanguardias. Incluso se lanzó después de sus fallecimientos la idea de ser pintores adscritos y representativos de un arte que, en su estética, hacía apología y emanaba del régimen dictatorial franquista (Enrique Lite). En este contexto, el crítico Lázaro Santana escribiría en los años ochenta, no sin razón, que las “magas” de Guezala no parecen campesinas, sino señoritas de la burguesía vestidas de mujeres rurales. El debate estético generado por los innovadores, tildando de manera disparatada a los pintores figurativos de marionetas al servicio de un régimen absolutista, no dejaba de incurrir en nuevas formas de dictadura, unas dictaduras estéticas excluyentes que, afortunadamente, se han superado, retomándose en tiempos recientes una nueva valoración, tendente a poner las cosas en su justo lugar y resaltando la personalidad y la indudable calidad pictórica que rezuman las obras de unos pintores, sin duda muy importantes, como lo fueron Guezala y Bonnín.

Bibliografía

Pilar TRUJILLO LA-ROCHE: “Pedro Guezala García”, en la publicación colectiva Veinticinco Pintores Canarios: exposición con motivo del XXV aniversario del Banco de Santander en Santa Cruz de Tenerife. Tenerife, diciembre 1979, sin paginar.

Pilar TRUJILLO LA-ROCHE: “Pedro de GUEZALA”. Biblioteca de Artistas Canarios nº 13. Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, 1992.

Párrafo final: Lothar Siemens.

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