Chillida Juantegui, Eduardo

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Chillida Juantegui, Eduardo

Datos personales

Nacimiento: San Sebastián, 10 de enero de 1924.

Fallecimiento: San Sebastián, 19 de agosto de 2002.

Fecha de elección como Académico Correspondiente de la RACBA

1993.

Profesión

Escultor.

Breve trayectoria curricular

En 1942 comienza sus estudios para el ingreso a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid, empeño que abandonó a los pocos años. Aficionado a jugar al fútbol, siendo su padre Pedro Chillida presidente del equipo Real Sociedad (1942-45), Eduardo se integró en el mismo como portero cuando este equipo militaba en segunda división, jugando durante la temporada 43/44, teniendo que abandonar por una lesión en la rodilla.

Empezó a dibujar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, familiarizándose con el dibujo al natural. Es en ese momento cuando realiza sus primeras piezas escultóricas. Se traslada posteriormente a París, donde su obra comienza a tomar cuerpo. Efectúa sus primeras esculturas en yeso. En estos años comienza su rivalidad con el escultor Jorge Oteiza, ambos con una obra vinculada en la tradición constructivista, pese a trabajar cada uno con temáticas parcialmente diferentes. En 1951 regresa definitivamente a San Sebastián. Chillida realiza entonces su primera pieza en hierro, ‘Ilarik’, material que utilizará a lo largo de toda su vida.

Defendió la obra pública como mecanismo para garantizar un acceso a su obra en lugar de la realización de obras de arte en serie. Algunas de sus obras más conocidas no sólo se encuentran en espacios públicos, sino que forman parte intrínseca de él; como el ‘Peine del Viento’ en San Sebastián o el monumental ‘Elogio del Horizonte’ en Gijón.

Jorge Oteiza acusaba a Eduardo Chillida de plagiar sus obras. Las acusaciones de Oteiza se plasmaron en su publicación ‘La ley de los cambios. Libro de los plagios’ (1991), obra en la que lo que más lamentaba era el hecho de que Chillida no aceptara la influencia de la escuela vasca. Los dos escultores hicieron las paces en 1997 en Chillida Leku, el bosque de esculturas de Chillida.

La vinculación de Eduardo Chillida a Canarias viene por el encargo y empeño de realizar el monumental vaciado de la Montaña de Tindaya en Fuerteventura, para generar un gran espacio escultórico interno, genial propuesta de la que se hicieron numerosos estudios geofísicos y una gran maqueta que fue expuesta por el Gobierno Autónomo de Canarias en la feria de arte Arco, de Madrid. Diversas corruptelas en torno a la compra de la montaña y su vaciado enredaron el proyecto, que Chillida no pudo nunca ver realizado y que sigue paralizado ya entrada la segunda década del siglo XXI, pese al pertinaz empeño del Cabildo de Fuerteventura para que se lleve a cabo.

En sus últimos años de vida sufrió Chillida la enfermedad de Alzheimer. Falleció en su casa del Monte Igueldo, en San Sebastián, en agosto de 2002.

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