Antiguos académicos
Antiguos académicos
Nacimiento: 1825. La Laguna, Tenerife.
Fallecimiento: 4 de mayo de 1890. Santa Cruz de Tenerife.
Académico de número desde el 6 de mayo de 1850.
PINTOR.
Fue discípulo en Tenerife de Lorenzo Pastor y Castro. Todavía joven se traslada a Madrid y estudia en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. A su regreso a Tenerife en 1848 se establece en Santa Cruz y se integra en la Sociedad de Bellas Artes, anunciando asimismo en la prensa su disposición para dar en su casa clases de pintura al óleo. En ese mismo año forma parte de la orquesta de cuerdas de la Sociedad Filarmónica que dirigía Carlos Guigou, junto con otros artistas plásticos que también cultivaban la música y que, en su mayoría, serán pronto en Tenerife miembros numerarios de la Academia de Bellas Artes canaria.
Al instaurarse ésta en 1850 forma parte como pintor del grupo inicial de Académicos Numerarios, y el 15 de octubre de 1854, recién fallecido el escultor Fernando Estévez, es nombrado ayudante de la clase de Dibujo de adorno, modelado y vaciado de la Escuela de la corporación. En octubre de 1858, y a instancias de su hermano Domingo, famoso abogado y aficionado a la botánica y otras ciencias, pide seis meses de permiso para ausentarse a Puerto Rico, donde su hermano estaba establecido, no regresando hasta varios años después. En 1868 se reintegró a la Academia, asistiendo a los tres últimos plenarios que ésta celebró antes de disolverse en 1869.
En 1866 había sido nombrado por la Real Academia de San Fernando representante en la Junta Provincial de monumentos históricos. En 1881 fue nombrado director de la Academia de Bellas Artes municipal santacrucera, presentando en la Exposición Nacional de ese año una obra titulada “Los enemigos del alma”. Al consolidarse luego la Escuela Municipal de Dibujo fue nombrado profesor, cargo que desempeñó hasta que falleció en 1890.
Se había casado en La Laguna con doña María Díaz Rodríguez, natural de aquella ciudad, con la que procreó un hijo y cuatro hijas.
José Lorenzo Bello cultivó la pintura religiosa, siendo su obra más notable el Via crucis para la Iglesia Matriz de la Concepción de La Laguna. Alloza califica esta y otras obras de tal género como “muy mediocres”, y considera su producción pictórica en general como “floja y carente de calidad”, si bien destaca su talento para el retrato, “con el que logra algunas realizaciones de mérito”. La iglesia lagunera de la Concepción conserva y exhibe la aludida obra religiosa (14 piezas al óleo sobre lienzo). Muy pocas obras más se localizan dispersas, y algunas que se documentan en referencias de la época están extraviadas.
Manuel Ángel ALLOZA MORENO: “La pintura en Canarias en el siglo XIX”. Tenerife, Aula de Cultura, 1981, pp. 228-230.
FOTO: Gentileza de Carlos GAVIÑO de FRANCHY