Antiguos académicos
Antiguos académicos
Lugar de nacimiento: Las Palmas de Gran Canaria.
Fecha de nacimiento: 24 de noviembre de 1927.
Lugar de defunción: Madrid.
Fecha de defunción: 10 de septiembre de 1999.
15 de junio de 1984.
27 de mayo de 1985.
CANTANTE DE ÓPERA (TENOR) Y PROFESOR DE CANTO.
Hijo de madre canaria y de padre austriaco radicado en Gran Canaria, Alfredo Kraus está considerado a nivel mundial como uno de los mejores tenores lírico ligeros de la segunda mitad del siglo XX.
Realizó sus estudios primarios y de bachillerato en el Colegio Claret de Las Palmas, titulándose después como Perito Industrial del ramo Electricidad en la Escuela de Peritos Industriales de su ciudad natal. Paralelamente corrió su formación musical, cantando en el coro del colegio (del que fue solista) desde los ocho años, habiendo comenzado a tomar lecciones de solfeo y piano desde los cuatro de edad.
Fue alumno de canto de doña María Suárez Fiol, antigua discípula del barítono Néstor de la Torre Cominges. Dada la excepcional calidad de su voz, su buena inteligencia y su perfecta musicalidad, Kraus decidió progresar en el canto trasladándose a estudiar con maestros muy solventes: con la Markoff en Barcelona, con Andrés en Valencia y luego en Milán con la Llompart.
Debutó en El Cairo en 1956 como Duque de Mantua del “Rigoletto” de Veridi y en el papel de Cavaradossi de la “Tosca” de Puccini, obteniendo un éxito incontestable, ponderando ya la crítica la frescura, ductilidad y belleza de su timbrada voz y su clarísima dicción, características admirables en él conjuntadas que le acompañaron hasta el final de su vida artística. Dos años después refrenda su fama de joven tenor de primer rango cantando en el Teatro Nacional San Carlos de Lisboa “La Traviata” con la Callas (27-III-1958). A partir de entonces, su carrera internacional fue imparable, debutando en el Coven Garden de Londres en 1959 (“Lucia de Lammemour”) y en el Teatro Alla Scala de Milán en 1960 (“La sonámbula”). Su irrupción en teatros de primer rango de Norteamérica se produjo en 1962 en Chicago y en 1966 en el Metropolitan de Nueva York. A partir de ahí, su periplo por todo el mundo fue incesante: desde los más renombrados teatros de Europa a los de América del Norte, desde el cono sur americano hasta el Japón. En todas partes fue dejando una estela de admiradores e incondicionales verdaderamente notable.
En 1959 protagonizó en España la película “Gayarre”, inolvidable cinta sobre la vida del famoso tenor navarro del siglo XIX. Desde sus comienzos se interesó también por realizar grabaciones de calidad de numerosas zarzuelas españolas, género que creía (y con razón) que debería ser prestigiado con producciones del más alto nivel.
Su perfecta técnica vocal le permitió cantar con absoluta autoridad hasta el final de sus días, que se vieron ensombrecidos tras la muerte de su esposa canaria, Rosita Ley, un golpe del destino que no logró superar.
A lo largo de su carrera cultivó un repertorio de más de treinta óperas y zarzuelas, ateniéndose siempre con sumo cuidado y gran disciplina a lo que mejor se adaptaba a sus condiciones vocales (clave de su extraordinariamente dilatada vida profesional). Realizó numerosas grabaciones discográficas y videográficas, algunas de éstas pasadas hoy a la técnica del DVD, siendo sobre todo muy interesantes las óperas grabadas por la televisión japonesa durante sus temporadas en aquel país (años setenta, principalmente) que se han comenzado a recuperar y comercializar en tiempos recientes. En este legado perdurarán, felizmente, su incomparable voz y su gran talento.
Como profesor de canto, ofreció frecuentemente cursos y clases magistrales en diferentes lugares, asistido en los últimos tiempos por su discípulo grancanario Suso Mariategui y su acompañante de piano Edelmiro Arnaltes. Discípulos suyos son el tenor venezolano Aquiles Machado, el italiano Giuseppe Filianoti o el griego Mario Frangoulis, por ejemplo.
Las Palmas de Gran Canaria, donde fue protagonista ineludible de numerosas temporadas líricas organizados por los Amigos Canarios de la Ópera, le honró en vida dándole su nombre al Auditorio musical de la ciudad, inaugurado a principios de los años noventa, y donde Alfredo Kraus protagonizó algunas de sus últimas actuaciones concertísticas.
Entre las más importantes distinciones nacionales e internacionales que el insigne tenor canario recibió en vida figuran las siguientes:
Alfredo Kraus, personalidad artística de inolvidable recuerdo para todos los canarios, fue también distinguido con el Doctorado Honoris Causa de las dos universidades canarias, y nombrado Académico de Honor de la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel en 1984, honor que aceptó generosamente, realizando al año siguiente su acto de ingreso en la corporación, que consistió en un concierto que ofreció, en el acto solemne a él dedicado, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife (véase foto en el apartado “Historia”, capítulo “Académicos de Honor”).
Eduardo Lucas (2007). “Alfredo Kraus: Desde mis recuerdos”. ISBN 978-84-96806-04-7.
“Alfredo Kraus: confidencias para una leyenda. Conversaciones con Francis Lacombrade”. (2000) ISBN 978-84-8103-147-8.
Nino Dentici Burgoa (1992). “Alfredo kraus: el arte de un maestro”. ISBN 84-243-2999-6.