Pronunciamiento sobre la demolición de la Biblioteca Estatal de Las Palmas de Gran Canaria

A continuación anexamos el pronunciamiento de esta Corporación, sobre la demolición de la Biblioteca Estatal de Las Palmas de Gran Canaria, dirigido al Alcalde de Las Palmas GC. También ha sido remitido, solicitando apoyos, al Instituto de España, a la Academia de San Fernando de Madrid y a las Reales Academias de Bellas Artes de Valladolid, Valencia y Barcelona, a la par que al titular del Ministerio de Educación y Cultura, Sr. Wert, en la medida en que es su Ministerio el que encauza las invesiones de este tipo del Estado.

PRONUNCIAMIENTO SOBRE LA DEMOLICIÓN DE LA BIBLIOTECA ESTATAL DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

En su calidad de corporación de derecho público instituida en Canarias por la Corona en 1849, y siendo uno de sus fines principales el velar por la cultura y el patrimonio histórico artístico de las Islas Canarias, colaborando en lo posible con los poderes públicos, esta Real Academia Canaria de Bellas Artes, en vista de la resolución del Tribunal Supremo de la Nación por la que se insta al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a derribar con carácter inmediato la Biblioteca Pública Estatal construida en dicha ciudad hace unos años por el Gobierno de España con licencia de la municipalidad, se siente en la obligación moral de hacer el siguiente

PRONUNCIAMIENTO:

La Real Academia Canaria de Bellas Artes deplora el contenido de una sentencia que, sin entrar a discutir el fundamento jurídico que la sustenta, es causa de escándalo público y de generalizado rechazo en Canarias, y especialmente en la isla de Gran Canaria, pues si bien el Tribunal Supremo se ha atenido a la letra de la Ley, apoyándola con las razones que ha estimado oportunas para que se cumpla, también es cierto que la facultad inherente a la judicatura de generar jurisprudencia podía en este caso haberse apoyado en la prioritaria valoración de un bien sociocultural aduciendo poderosas salvedades para evitar un perjuicio general muy superior al particular que se quiere evitar.

Valor social y cultural de la Biblioteca.

El devenir de una sociedad como la canaria, que sufre las consecuencias de la lejanía y el desarraigo, se vería aún más comprometido con la ausencia de una entidad, en este caso una gran biblioteca, que presta un servicio continuo y amplio a esta sociedad. La juventud será la principal perjudicada, aunque no la única, pues tendría que soportar unas demoras injustificables e insufribles para volver a utilizar los servicios que actualmente presta la Biblioteca del Estado. El desatino que supondría demoler este edificio y con él los servicios que presta a la sociedad sería un paso atrás en la historia de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y por extensión de nuestra civilización y de nuestra cultura.

En este edificio, donde todos los ciudadanos han tenido y tienen cabida, desde los niños que han disfrutado y disfrutan de sus primeras lecturas y de actividades inteligentes y encaminadas a fomentar su formación, hasta los jubilados que pueden acceder a la lectura diaria de periódicos y libros, actividad que de otra manera les estaría vedada, no es sólo un edificio. Es una institución que acoge a todo aquel que quiere leer, que se acerca en busca de información o de sosiego, de un rato de lectura rápida o de largas jornadas preparando exámenes. Es una oferta que incluye la organización de encuentros y debates, presentaciones de libros, etc. Es una gran Casa de la Cultura, cuya destrucción dejaría en la ciudad y en la isla de Gran Canaria un panorama desolador, un gran vacío. En la Bebelplatz en Berlín hay un monumento que recuerda la quema de libros perpetrada por los nazis un vergonzoso día de mayo de 1933. Quisiéramos saber qué tipo de monumento recordará la insensibilidad de la sentencia; qué tipo de monumento se erigirá en el futuro para nuestra vergüenza por demoler una biblioteca. No un edificio vacío y carente de contenido, sino el lugar necesario en el que los ciudadanos encuentran el conocimiento, el placer y el consuelo compartido de la lectura.

Valor arquitectónico de la biblioteca.

El edificio para la Biblioteca Estatal de Las Palmas de Gran Canaria, encargado y ejecutado por los arquitectos Palerm y Tabares de Nava entre 1995 y 2001, recibió en 2006 el premio de la Comunidad Europea como modelo de Biblioteca del Estado. Ha sido estudiado y descrito por Marco Mulazzani en el artículo “Architettura e paesaggio costruito. Palerm & Tabares de Nava”, en Electa: Milán, 2010, pp. 46-59, y en “Palerm & Tabares de Nava, Biblioteca dello Stato”, en Casabella nº 706-707, diciembre 2002-enero 2003, pp. 66-73.

Se encuentra en uno de los puntos privilegiados de Las Palmas, justo en el extremo naciente de la traza de la antigua muralla que cerraba la ciudad por el norte, donde estaba además su primer muelle. El solar, sobre terrenos ganados al mar en los años sesenta del pasado siglo, tiene una forma triangular y recoge las tensiones urbanas de la Avenida y el frente marítimo al este y sur, la calle Venegas como límite de la traza urbana regular a poniente y la serie de bloques y torres (Ciudad del Mar) que acaban junto a la medianera norte.
La decisión más importante del proyecto fue levantar cinco metros la cota de acceso a la biblioteca; así, sobre una plataforma perimetrada por un muro inclinado revestido de travertino rojo, en parte aterrazado y ajardinado, el edificio se erige para mirar el paisaje y ser visto por la ciudad. Es un lejano recuerdo del bastión de Santa Ana que remataba la muralla y vemos dibujado en el plano de Pedro Agustín del Castillo (de 1686), pero que aquí recupera el sentido monumental con el que la operación proyectual busca una situación de preferencia para un edificio público y representativo.

La biblioteca se compone de dos volúmenes en “L” con el sólido cuerpo de las salas de lectura al norte y otro más estrecho que da fachada a la calle Venegas al oeste con salas de informática y administración, revestidos de lastras de mármol escarificado. Las dos alas se abren al mar al sudeste y el diedro resultante se ocupa con las actividades de entrar, circular, estar, todo ello formalizado mediante una serie de volúmenes expresionistas acristalados que albergan la entrada en el nivel de la plataforma, la escalera y comunicaciones horizontales, y el hall de recepción y salas de estancia. Para alcanzar el nivel de acceso hay que subir una rampa que se excava en el muro del bastión o una escalera bajo una monumental marquesina. Ese nivel es el intermedio y se corresponde con la sala infantil y juvenil; sobre ésta está la sala de lectura principal. Estas abren mediante huecos continuos horizontales acristalados en toda la longitud de la sala que encuadran el paisaje norte y naciente, introduciendo el mar y la ciudad al interior. En el nivel inferior (a cota 0.00) está la sala de préstamos que abre también por medio de un paramento acristalado a un jardín que ocupa el vacío interior tras el muro inclinado de la fachada norte. La única perforación de este muro es la entrada independiente, desde la fachada naciente, al salón de actos que se encuentra a nivel de la Avenida Marítima, bajo la plataforma.
Por su singularidad, su valor constructivo, la nobleza de los materiales empleados y, sobre todo, por la atención internacional que esta construcción ha despertado, la sección de Arquitectura de la Real Academia Canaria de Bellas Artes estima también necesaria e imprescindible su preservación, a cuyas razones técnicas se suman las culturales, sociales y artísticas aducidas por el pleno de la Corporación.

Instancia al Alcalde de Las Palmas G.C. de la Real Academia Canaria de Bellas Artes

Por todas estas razones, la Real Academia Canaria de Bellas Artes insta al Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria a que acuda a todas las instancias pertinentes, tanto nacionales como internacionales, para tratar de evitar una decisión tan contracultural e impopular como la que generaría el cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo, la cual, además de los perjuicios que más arriba se han ponderado, nos colocaría en una situación de absoluto ridículo frente a las naciones del mundo civilizado y en un estado de humillación intelectual frente a nosotros mismos.

Asimismo apelamos a las instituciones públicas de Canarias, al gobierno de la Nación y a las demás Reales Academias de España a que apoyen decididamente nuestra postura, sustentada con los argumentos expuestos, para que no se derribe un importantísimo equipamiento cultural que, si bien fue indebidamente construido sobre suelo no calificado para ello en su día, también merece que se considere que el plan urbanístico de la zona cambió después y su construcción en tiempos actuales tendría todo el respaldo legal necesario.



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