Museo Histórico Virtual

Pintor y Ocete, Antonio

de artistas en Canarias

Arquitecto

Antonio Pintor y Ocete

Motril, Granada, 1862. Santa Cruz de Tenerife, 1946

Pintor es un arquitecto esencial para entender la configuración de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife y su arquitectura en la transición entre los siglo XIX y XX. Cursa estudios profesionales en Barcelona, diplomándose finalmente en la Escuela Técnica de Madrid en 1886. En 1889 opta a la plaza de arquitecto municipal de Santa Cruz de Tenerife, obteniéndola al ser el único concurrente. Tras su traslado a la isla desde Granada, ejercerá ininterrumpidamente en la dirección urbana del municipio hasta 1932, alternando ese trabajo principal con diversas actividades como técnico privado.

Antonio Pintor es un profesional con una gran capacidad de trabajo que dedicará sus esfuerzos a resolver muchísimas cuestiones en el ámbito de lo público. Desde las urbanísticas, las de urbanización y arquitectura hasta, incluso, las de ingeniería urbana. Así, gran parte de los trazados de ensanche de Santa Cruz que se han realizado son diseño suyo, tanto el ajuste del trazado previo de Manuel de Cámara para el barrio de los Hoteles como el plan de ensanche de Duggi, ambos aprobados por el ayuntamiento en 1888. En 1894, formulaba también la configuración viaria del ámbito de Salamanca, parte de la ciudad que se destinará a viviendas baratas. Pintor dirigiría también la transformación y reconfiguración de muy diversos espacios públicos, definiendo una propuesta de mejora para la plaza de la Candelaria, en 1889. Más tarde intervendría en las de San Francisco y Weyler, segregando las superficies para el esparcimiento de los peatones separadas del tránsito de vehículos. Delimitación que se ejecuta con unos simples muros bajos que podían usarse como asientos. En 1902, diseñaría los elementos básicos de la característica rambla central de la ciudad; y en 1911 propondría un trazado inicial para el actual parque de García Sanabria, en base al cual se realizaría el despliegue de sus paseos y plantaciones.

En la esfera privada, Pintor es el técnico de referencia para una gran cantidad de iniciativas arquitectónicas. Así, proyecta viviendas para la Sociedad de Edificaciones y Reformas Urbanas (SERU), tanto en el barrio de los Hoteles como en otras partes de la ciudad en crecimiento. Es el arquitecto que asesora a otras sociedades constructora como El Progreso, trabaja también para la Cooperativa de Producción de Tenerife y con otros promotores como Juan Sitjá.

Su arquitectura se caracteriza por un eclecticismo que combina en una primera etapa el orden y el rigor neoclásico en planta con el añadido de ornamentos interiores y de fachada sencillos pero de su propia invención. Posteriormente, evolucionará hasta llegar a asumir lenguajes historicistas de todo tipo, más allá del clasicismo primero. Es una época en la que empiezan a surgir en su obra detalles de estilo propios de la Secesión vienesa y del Segundo Imperio, integrados siempre en sistemas compositivos racionales y funcionales. Finalmente, se atreverá a diseñar edificios con rememoraciones de carácter neomorisco y fachadas en clave modernista.

De su primera época, destacan sus modestas y sencillas agrupaciones de casas para la SERU y otras sociedades constructoras de casa baratas, que se inscriben con naturalidad en las coordenadas formales establecidas por la Ordenanza Municipal que concibió Manuel de Oraá con anterioridad. En 1903, realizaría el edificio para la firma comercial Elder & Dempster y Cía. Se trata de un edificio de oficinas y viviendas cuyas fachadas se organizan mediante una clásica ordenación de huecos de ritmo seriado sobre un zócalo de aplacado pétreo almohadillado. En numerosos puntos empieza a introducir detalles de corte modernista que enriquecen al conjunto dotándole de una nueva sensibilidad acorde con ese momento de transición formal. Algo similar ocurre con el edificio para Germán del Gallego en el que se incorporan también diversas cerrajerías diseñadas con motivos vegetales y una balconada acristalada en acero en su esquina. Des su últimos años es representativo el edificio comercial de Las Tres Muñecas que presenta una organización de fachada ordenada de huecos repetitivos enmarcados en pilastras decoradas profusamente, con un elemento de balcón corrido central abalaustrado y rematada por dos torreones.

FGB

Bibliografía esencial

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HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ, A. Sebastián y GONZÁLEZ CHÁVEZ, Carmen Milagros (2008)
Arquitectura del siglo XIX. En Arquitectura para la ciudad burguesa. Canarias siglo XIX
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