Pintor
Icod de los Vinos, 1831 – 1872
Dotado de unas cualidades innatas para el dibujo, actividad que desarrolló de forma autodidacta, posiblemente recibió orientación de esta técnica en la Sociedad de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife a la que su nombre aparece asociado desde 1852 por su participación en las exposiciones anuales que ésta celebraba, así como por su vinculación a las tertulias organizadas por Nicolás Alfaro Brieva que le permitieron integrarse en los grupos intelectuales de Santa Cruz. Amplió sus conocimientos en sus viajes a Cuba, Puerto Rico, Madrid, Italia y Alemania, fijando su residencia entre 1867 – 1871 en París donde culminó su formación y consolidó su prestigio como pintor, por el reconocimiento a su obra en la Exposición Universal de 1867.
Dentro de la corriente romántica, cultivó principalmente el retrato y la pintura religiosa, con incursiones ocasionales en la escultura, proyectando también su creatividad en el terreno de la poesía.
De su producción pictórica se conservan algunos retratos en la Sociedad Centro Icodense y en colecciones particulares, principalmente en Icod de los Vinos, y de temática religiosa en las iglesias de San Marcos de Icod y Santa Ana de Garachico, así como en la Iglesia de Guía de Isora y en la ermita de Chío en lo referente a la escultura.
ALGR
Manuel Ángel ALLOZA MORENO: La pintura en Canarias en el siglo XIX, Aula de Cultura, Cabildo de Tenerife, Madrid 1981, pp. 207-211; María de los Reyes HERNÁNDEZ: “La pintura del siglo XIX en Canarias”, en Gran Enciclopedia El Arte en Canarias. Centro de la Cultura Popular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 1998, pp.385-424; María de los Reyes HERNÁNDEZ SOCORRO, Gerardo FUENTES PÉREZ, Carlos GAVIÑO DE FRANCHY: El despertar de la cultura en la época contemporánea. Artistas y manifestaciones culturales del siglo XIX en Canarias, Historia Cultural del Arte en Canarias V, Gobierno de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 2008, pp.15-166.