Escultor
Cuarcheta (Italia), 1838 – ?
Sigue siendo un artista muy desconocido en la historia cultural de Canarias. Nació en Cuarcheta (Italia), en 1838. Hijo de Francisco Cherubini y de Ana Rafaelli. Hacia 1860 ya se encontraba en Santa Cruz de Tenerife casado con Catalina Nieto y Reina, natural de Sevilla, fijando su domicilio en la calle Santo Domingo, nº 16. Aquí nacieron sus dos hijos Francisco (1870) y Luisa Ángela (1872). Perteneció a la Logia masónica “Hijos del Teide”.
A juzgar por la calidad de sus obras, deducimos que Angelo tuvo que haber tenido una formación artística muy consolidada. Las referencias a la escuela romana son constantes, demostrando un absoluto dominio del mármol, material que ya se conocía en Canarias gracias a la llegada de piezas procedentes sobre todo de talleres genoveses.
Su producción vino a satisfacer la demanda de una clientela urbana, efectuando retratos, personajes mitológicos y otros repertorios, como remates de edificios, escudos, fuentes, rincones de jardines, etc. No tenemos noticias de las circunstancias laborales, de su taller y de su estancia en el archipiélago, pero lo cierto es que sus obras fueron elogiadas por la crítica de entonces. Algunas de ellas formaron parte de muestras y exposiciones artísticas, como la de 1883, en la que presentó un busto de Dante, en mármol. Tal vez, el ejemplo más representativo de su repertorio civil es sin duda el conjunto de bustos de distintas deidades griegas que remataban la vivienda de la familia Lugo-Viña, situada en la plaza de la Candelaria de la capital tinerfeña, edificio hoy desaparecido, lamentablemente. El referido conjunto, ejecutado en mármol, estuvo durante mucho tiempo ornamentando una de las fuentes-estanques del parque García Sanabria de la capital tinerfeña. Los atentados continuos trajeron consigo su desplazamiento a una de las dependencias municipales. Ejemplares de esas deidades se encuentran hoy en el Museo municipal de Bellas Artes de la citada capital.
El repertorio religioso se reduce sobre todo al funerario, manifestando el dominio de la técnica, del dibujo, de los temas y de los volúmenes dentro de los esquemas más académicos. Estas obras venían a satisfacer los deseos de la burguesía de perpetuar su imagen, su recuerdo y su poder, levantando monumentos, sepulcros, lápidas, ángeles, relieves botánicos, etc. respondiendo en cierta medida a los deseos del difunto. En el antiguo Cementerio Municipal de San Rafael y San Roque de Santa Cruz de Tenerife podemos contemplar interesantes exponentes de su buen hacer; lo mismo en el camposanto de San Juan de la Rambla, donde se encuentran las sepulturas de la familia Oramas, sin olvidarnos de los que realizó para los cementerios de La Orotava y Santa Cruz de La Palma. Es interesante destacar el correcto trabajo marmóreo del cenotafio del Conquistador Alonso Fernández de Lugo, existente en la Catedral de La Laguna.
A partir de 1875 ya le perdemos el rastro. Es muy posible que abandonara la isla. La documentación existente a partir de la fecha, silencia su nombre.
GFP
FRAGA GONZÁLEZ, Carmen: Plazas de Tenerife. Instituto de Estudios Canarios, La Laguna, 1973
FUENTES PÉREZ, Gerardo:
Canarias: el clasicismo en la escultura. Cabildo Insular de Tenerife, 1990
“La escultura del siglo XIX. La tradición imaginera y la académica”, en El despertar de la cultura en la época contemporánea. Artistas y manifestaciones culturales del siglo XIX en Canarias. Historia Cultural del Arte en Canarias, V, Gobierno de Canarias, 2008
GALLARDO PEÑA, María:
Angelo Cherubini y la casa de D. Andrés Lugo-Viña en la plaza de la Constitución. Revista Aguayro, nº 196, Las Palmas de Gran Canaria, 1992, pp. 35-39
Los cementerios de Santa Cruz de Tenerife. Ed. Tebeto: Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, nº 12, Puerto del Rosario, 1999, pp. 201-210