Antiguos académicos
Antiguos académicos
Nacimiento: 9 de julio de 1813. Santa Cruz de Tenerife.
Fallecimiento: 6 de marzo de 1904. Santa Cruz de Tenerife.
Académico de número desde el 6 de mayo de 1850.
PINTOR.
Aunque tuvo una formación artística muy sólida, pintaba por afición, pues vivía de la empresa consignataria de buques que estableciera en Santa Cruz de Tenerife su padre, inmigrado desde Francia en 1805 y casado al año siguiente en la capital tinerfeña con una dama de esta población. Su obra pictórica, no obstante, dista mucho de ser la de un mero aficionado, pues alcanzó unos niveles de perfección magistrales que fueron ampliamente reconocidos tanto mientras vivió como posteriormente.
Cirilo Truilhé, en efecto, sintió desde joven una clara vocación por las Bellas Artes, y se formó como pintor con Lorenzo Pastor y Castro. Deseando perfeccionarse en Francia, fue a estudiar a la Academia de Bellas Artes de Burdeos, de donde regresó hacia 1835 a Tenerife tras unos años de aprendizaje. Este contacto y asimilación de la escuela romántica francesa le confirió un estilo diferenciado que sirvió también de reflexión y caldo de cultivo para los artistas de su entorno tras su regreso a Tenerife. Con su maestro Pastor y Castro y con Alfaro constituye la trilogía de pintores canarios que eleva el paisaje a protagonista de sus cuadros, lo que se pone ya de manifiesto en la exposición organizada por la Asociación de Bellas Artes tinerfeña en 1848.
En 1850 forma parte del grupo inaugural de la Academia de Bellas Artes, en la que participa intensivamente, en su calidad de miembro numerario de la misma, al menos hasta finales de 1852, siendo a partir de entonces su asistencia a los plenarios muy esporádicas. La razón hay que encontrarla en su pretensión de formar parte como profesor de Paisaje al óleo de la Escuela de la Academia, solicitud de un puesto oficial cuya dotación económica siempre vino rechazada desde Madrid. No obstante, formó parte del jurado que, en 1861, premió una obra del joven alumno de la Escuela de la Academia Valentín Sanz. Su última comparecencia en un plenario fue en 1865, cuatro años antes del cierre de la Academia en su primera etapa.
En los años setenta lo encontramos activo como profesor de la Academia Municipal de Bellas Artes, donde acabó de formarse bajo su tutela (1875-76) Valentín Sanz Carta (Santa Cruz de Tenerife, 1849 – La Habana, 1898), gran paisajista también, que se benefició de las técnicas francesas de su maestro y encontró bajo sus orientaciones su propio camino como pintor.
Truilhé participó en numerosas exposiciones a lo largo de su vida, obteniendo diversos reconocimientos por su arte pictórico. Se había casado en 1842 con Margaríta Baudet Martinón, de la que tuvo descendencia, y los sobrevivió a todos falleciendo a los 90 años, en 1904.
Cirilo Truilhé se formó con un maestro neoclásico, cual lo fue Pastor y Castro, y asumió el romanticismo en Francia, inaugurando esta corriente en las Islas a su regreso a Tenerife. Pero fue un artista abierto a las nuevas tendencias y, cuando en 1870 se instala en Tenerife el pintor madrileño Pedro Tarquis Soria (1849-1940), se interesa por el realismo que este discípulo de Haes trae a la isla; más tarde incursiona también en las nuevas corrientes impresionistas francesas, utilizando el valor de la luz como factor determinante de las formas que pinta. Fue alabado desde el principio por no circunscribirse a la mera copia, sino directamente a la composición nueva, a la creación, empeño que caracteriza a todos los miembros del grupo que se integra en torno a la Academia Canaria de Bellas Artes.
Sus paisajes, muchos con figuras de magos o campesinos integradas en ellos, son las obras que más han llamado la atención sobre este pintor, del que se conservan algunos cuadros en el Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife. En palabras de Alloza, “sus pinturas románticas son de aspecto difuso, vago y nebuloso. Las formas se pierden envueltas en una misteriosa niebla. Es resultado de la variedad en el color y de su técnica de pinceladas cortas y llenas de tensión”. También cultivó la pintura de género, el retrato (véase el de Carlos Guigou que ilustra la ficha de éste), y, en escala mucho menor, la pintura religiosa. Los catálogos de las numerosas exposiciones en las que participó en vida nos relacionan un considerable de las cuales están hoy en día sin localizar.
Manuel Ángel ALLOZA MORENO: La pintura en Canarias en el siglo XIX. Tenerife, Aula de Cultura, 1981, pp. 298-305.
Carmen FRAGA GONZÁLEZ: «Bicentenario de Cirilo Truilhé (1813 – 1904), pintor y académico». Anales, Real Academia Canaria de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife, nº 6 (2013), pp. 131 – 153.