Maestro de capilla y cantor
Maestro de capilla y cantor
Las Palmas de Gran Canaria, 1514-1569
Descendiente de padres asentados en Gran Canaria después de la conquista de la isla, nació en Las Palmas y fue bautizado en la parroquia del Sagrario el 6 de febrero de 1514. Hasta los dieciséis años vivió en esta población, donde entró de cantorcito en la catedral tutelado por el Arcediano de Tenerife, que lo acogió para instruirlo en su casa. En 1530 se lo llevó como paje a Salamanca el obispo don Luis Cabeza de Vaca, adonde lo habían trasladado, y es posible que realizara allí estudios, se afianzara como músico y se ordenara sacerdote.
En los años cuarenta lo encontramos en Sevilla, adonde llegó acogido por el conde de Ureña, don Juan Téllez de Girón, del que en adelante se sintió muy dependiente. Este mecenas, que mandó construir la espléndida colegiata de Osuna y fundó entonces una universidad en aquella población, favoreció a Gallardo para que fuera asumido en dicha colegiata en 1545 como tenor del cuarteto vocal que se organizó para interpretar la polifonía en su capilla del Santo Sepulcro. Pero este destino no le atrajo tanto como el que entonces le ofrecieron desde su ciudad natal de Las Palmas.
Desde 1546, siendo ya clérigo de misa y un consumado músico y cantollanista, estuvo Gallardo alrededor de un quinquenio en la catedral de su tierra, contratado como sochantre mayor, educador de los cantorcitos y haciendo las funciones de maestro de capilla, cargo que estaba entonces vacante, y como tal formó a un conjunto de músicos canarios que fueron después notables personalidades musicales en Gran Canaria, siendo los más destacados Ambrosio López, Luis Betancor, Luis de Morales, y Bartolomé Cairasco, entre otros.
Alrededor de 1550, con gran pesar del cabildo catedralicio canario y de sus propios discípulos, fue llamado nuevamente Gallardo por el conde de Ureña y se volvió a Andalucía, donde permaneció a su servicio hasta el fallecimiento de este en 1558. Fue entonces cuando Gallardo aceptó las condiciones del cabildo grancanario para regresar a Gran Canaria, desde donde había sido requerido con insistencia.
En los diez años en que regentó por segunda vez la capilla de música de la catedral canaria, en la que intervenían algunos cantores profesionales formados por él años atrás, dinamizó y elevó el nivel musical, y animó a los jóvenes a realizar estudios fuera para perfeccionarse. En su época se importaron cantorales de polifonía de los mejores compositores españoles y extranjeros del momento. Formó también una nueva generación de músicos canarios, entre los que destacó Francisco de la Cruz, quien bastantes años después asumiría el magisterio de capilla de la catedral canaria.
Pedro Gallardo falleció a principios de 1569 dejando entre sus pertenencias un volumen con obras suyas: juegos del Magnificat, Himnos, varios ‘fabordones’, así como unas Lamentaciones de Jeremías para el oficio de Tinieblas del Triduo Sacro. Lamentablemente, nada de esto se ha conservado, pero representa el corpus más antiguo históricamente documentado del que se tiene noticia como música compuesta por un compositor canario, el primero de las islas del que hay referencia.
LSH
TORRE, Lola de la: La música en la catedral de Las Palmas 1514-1600: documentos para su estudio, Madrid, Sociedad Española de Musicología, 1983.
ÁLVAREZ, Rosario y SIEMENS, Lothar: La Música en la sociedad canaria a través de la historia: Desde el período aborigen hasta 1600, Las Palmas de Gran Canaria: El Museo Canario, Santa Cruz de Tenerife: Cosimte, 2005, pp. 324, 326, 328.
LOBO CABRERA, Manuel y SIEMENS HERNÁNDEZ, Lothar: “Pedro Gallardo, maestro de capilla de la catedral de Canarias” en Lothar Siemens. Homenaje desde el Museo Canario, Las Palmas de Gran Canaria, El Museo Canario, 2019, pp.185-205.
SIEMENS HERNÁNDEZ, Lothar: Historia audible de la música culta en Canarias, Las Palmas de Gran Canaria, 2017. Inédito.