Antiguos académicos
Antiguos académicos
Lugar de nacimiento: Santa Cruz de Tenerife.
Fecha de nacimiento: 23 de septiembre de 1886.
Defunción: 27 de enero de 1985, Santa Cruz de Tenerife.
5 de marzo de 1957.
INVESTIGADOR DE LA HISTORIA Y DEL ARTE Y ESCRITOR PROLÍFICO.
Era el sexto de los siete hijos que tuvo el pintor y maestro de dibujo Pedro Tarquis Soria. Culminó su bachillerato en el Instituto dirigido por D. Ireneo González en 1903, estudios que alternó con las clases impartidas por su padre en la Escuela Municipal de Dibujo situada en el antiguo convento de San Pedro de Alcántara, y aprende solfeo y piano con su hermana mayor Dolores. Asistió en esa época formativa a las tertulias sobre arte e historia que tenían lugar en la rebotica de la farmacia de su tío materno, el dibujante y acuarelista Eduardo Rodríguez Núñez (1857-1899).
Trabajó en una compañía de seguros y en una consignataria de buques antes de trasladarse a Madrid, a los 23 años, para preparar su ingreso en el Cuerpo Técnico de Telégrafos, matriculándose en el Conservatorio Superior de Música durante su estancia en la corte. El 27 de mayo de 1911, aprobados los cursos en la Escuela de Telégrafos, ingresa en el cuerpo con destino en Santa Cruz de Tenerife, cargo que desempeñaría hasta su jubilación. A partir de aquel momento, resuelta ya su situación económica y siendo persona de una curiosidad amplia y excepcional, utilizó su tiempo libre para ampliar sus conocimientos en diversas áreas de forma metódica y autodidacta.
Se casó en 1916 con Celia Fariña de Armas, natural de la villa de Candelaria, con la que tuvo ocho hijos, que fueron educados también en la música y en las artes. Para afrontar la educación de sus hijos trabajó un tiempo a comisión con una firma comercial de productos alimenticios.
Su vocación investigadora y su inquietud intelectual le llevaron a recorrer, sobre todo a partir de 1925 y durante muchos años, tanto la Península Ibérica como diversos países de Europa, en viajes de estudio que contribuyeron a enriquecer su formación autodidacta, periplos que realizó con su esposa y su hijo Fabián y de los que dejó unos “cuadernos de viaje” que constituyen hoy unas fuentes documentales muy valiosas para los estudiosos.
En 1932 fue nombrado delegado inspector de la SGAE. Entró luego a formar parte del Instituto de Estudios Canarios y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife y en la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel. Para su ingreso en la RACBA en 1957, apadrinado por el presidente don Ángel Romero, pronunció un interesante discurso sobre “La miniatura-retrato en Tenerife”, abarcando en la exposición del tema los inicios de esta técnica en la isla, la amplitud de su desarrollo y el estudio de los miniaturistas de los siglos XVIII y XIX.
Fue un gran lector, especialmente de obras teatrales, y un asiduo visitante de las bibliotecas y archivos, comenzando una labor investigadora en el campo de la historia y de las artes plásticas que le llevaron a colaborar con asiduidad y de manera continuada, a lo largo de su larga vida y desde 1924, en diferentes medios periodísticos, labor de divulgación cultural por la que recibió la Medalla de Plata de la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife en 1978. Sus investigaciones, no todas publicadas, constituyen la base de sus “Notas de archivo” que hoy guarda la Universidad de La Laguna y que son fundamentales para abordar nuevos estudios, especialmente por el alumnado de Historia y de Historia del Arte, si bien abarcan campos tan variados como la pintura, la música, la creación literaria, la historia local y la investigación histórico-artística, apartado éste que destaca sobre los demás.
Aparte de su gran labor periodística, digna de recuperarse en diversos volúmenes temáticos, hay que destacar que su aprendizaje de la pintura con su padre le convirtió en un pintor bien adiestrado que siempre se consideró a sí mismo “aficionado”, dejando en su propia casa y entre sus familiares y amigos un selecto número de obras que abarcan desde el dibujo artístico hasta el paisaje a lápiz, a la acuarela, y al óleo, técnica en la que se prodigó más. Realizó también algunos retratos, como el de su esposa, y bodegones. Con el retrato de su esposa concurrió a la Exposición Regional de Pintura y Escultura de 1951.
Otra faceta creativa suya fue la de escritor de fantasía, especialmente de obras de teatro, de las que dejó acabadas unas cincuenta. Esta afición le llevó a mantener una interesante correspondencia con los Hermanos Álvarez Quintero, Antonio Domínguez Fernández, Antonio Buero Vallejo y Domingo Cabrera Cruz. Publicó una selección de sus obras para teatro en la Imprenta Católica en 1956. Escribió también coplas canarias, varios sonetos dedicados a los caudillos guanches y unos “Cantos épicos a la batalla de Acentejo”.
De su impresionante contribución periodística publicó él mismo algunas compilaciones de artículos sobre varios temas. Abordó también la biografía, como la del escultor Fernando Estévez, y en el ‘Anuario de Estudios Atlánticos’ publicó por entregas, entre otras contribuciones, un “Diccionario de arquitectos, alarifes y canteros que han trabajado en las Islas Canarias”. Infructuosamente presentó a diversas corporaciones locales para su publicación varias obras muy interesantes que han quedado inéditas, como, entre otras, “Apuntes para el desarrollo de las artes plásticas en Canarias”, “El desarrollo de las artes plásticas en La Orotava” o “Biografía de don José Rodríguez de la Oliva”, pintor e imaginero tinerfeño que vivió entre 1695 y 1777.
Mª del Carmen GONZÁLEZ COSSÍO: “Antonio González Suárez”, en la publicación colectiva ‘Veinticinco Pintores Canarios: exposición con motivo del XXV aniversario del Banco de Santander en Santa Cruz de Tenerife’. Tenerife, diciembre 1979, sin paginar.
Mª del Carmen GONZÁLEZ COSSÍO: “Antonio González Suárez (1925-1975)”. Confederación Española de Cajas de Ahorro, 1981.
Luis ORTEGA ABRAHAM: “Antonio González Suárez, el pintor de las aguas”. Santa Cruz de La Palma, Cabildo Insular, 1986.