Historia de la RACBA

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Historia de la RACBA


5. Académicos de Honor

En tiempos de la presidencia de Pedro Suárez Hernández, según apuntamos más atrás, fueron nombrados como Académicos de Honor el catedrático de Historia del Arte Jesús Hernández Perera y el pianista y expresidente del Cabildo de Tenerife Antonio Lecuona Hardisson. Y bajo la presidencia de Pedro González fue distinguido con tal categoría el tenor grancanario Alfredo Kraus Trujillo, quien solemnizó su entrada en la Academia con un recital en el salón noble del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife (véase foto adjunta). Tras la renuncia de González y ya durante la presidencia de Eliseo Izquierdo, habiendo fallecido los tres Academicos de Honor mencionados, se otorgó esta máxima categoría al escultor Martín Chirino López, a la cantante María Orán Cury, al expresidente de la Academia Pedro González González y, posteriormente, en 2004, al pintor Cristino de Vera y a la escritora, ensayista y crítica María Rosa Alonso.

Nombramiento del tenor grancanario Alfredo Kraus como Académico de Honor de la RACBA. Su recital para la Academia. Acto institucional en el Ayuntamiento de Santa Cruz, presidido por Pedro González, con el alcalde Manuel Hermoso a su derecha, el 27 de mayo de 1985. A la izquierda en primera fila pueden verse a Rosario Álvarez, Javier Díaz-Llanos, Salvador Fábregas, León Villaverde, Manuel Bonnín y Lola de la Torre.Tanto María Orán como Cristino de Vera respondieron al honor recibido (al igual que lo hiciera Kraus) con sendos actos: la primera con un inolvidable recital de canciones de cámara en el auditorio de la sede central de CajaCanarias, y el segundo con una enjundiosa alocución en el salón noble del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en 2005. En octubre de 2011, ya bajo la presidencia de Rosario Álvarez, habiendo fallecido a principios de este año la ensayista Maria Rosa Alonso, determinó el plenario nombrar Académico de Honor, en virtud de la encomiable labor desarrollada en favor de la consolidación de la Academia, al periodista, crítico de arte y expresidente de la misma Eliseo Izquierdo Pérez. A éste se sumó en 2013 la personalidad de Carlos Millán Hernández, gran colaborador de la corporación y sensible ensayista en temas de arte.

En el siglo XIX, los Académicos Honorarios se limitaban a recibir tal nombramiento en señal de reconocimiento de la Real Academia y permanecían generalmente ajenos a la misma. Eran como Correspondientes destacados. Pero en los novísimos estatutos de la Corporación (2009/10), en su artículo 29, se les atribuyen ya derechos que antes no tenían aquellos ni los nombrados en el siglo XX, como la facultad de participar con voz y voto cuando asistan a los plenarios, al igual que los supernumerarios. Esta fue una demanda de Martín Chirino y María Orán, petición que fue recogida y votada positivamente por el Plenario en 2009, por unanimidad.



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