Artes Plásticas
Telde, 1850 – Las Palmas de Gran Canaria, 1928
Pertenece a la última generación de escultores sujetos aún a los lenguajes académicos muy contaminados por la prolongada vigencia de los patrones estéticos tradicionales. Nació en Telde (Gran Canaria) en 1850, hijo del escultor Silvestre Bello Artiles (1806-1874) y de María de los Dolores O´Shanahan Márquez, nacida en 1818. Es lógico que sus primeros pasos los diera en el hogar, junto a su padre, un fiel seguidor del maestro Luján Pérez (1756-1815). El conocimiento de la madera, de las herramientas, el uso de las policromías, el dominio de otros materiales como el yeso, la piedra, etc., así como el estudio de teorías aplicadas le permitieron adentrarse en el conocimiento de la escultura. Sin embargo, era una época en que el artista debía abarcar distintas actividades para poder sobrevivir, aparte de los viajes al extranjero. Por eso, Rafael Bello cultivó la pintura y otras técnicas, así como la docencia, siendo profesor de la Academia de Dibujo de Las Palmas de Gran Canaria, aunque la opinión más generalizada es la de su estancia en la Academia de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife. El contacto con estos centros de enseñanza le llevó a emprender viaje a Italia para conocer más de cerca la realidad creativa de los grandes maestros y conseguir una y más amplia formación escultórica. Con toda seguridad, estos encuentros artísticos le ayudó a entender los cambios que se venían produciendo dentro de la corriente academicista, alejándose cada vez más de los parámetros tradicionales.
En 1879 lo encontramos en Cádiz participando en la Exposición Regional en la que presentó dos esculturas llevadas a cabo en yeso: un busto de Scipión El Africano (nº 407), obteniendo medalla de plata y diploma, y un Torero (nº 408), del que también recibió medalla de plata. No hay constancia fotográfica de estas dos obras, ni tampoco de su paradero. Pero si tenemos en cuenta el material empleado (yeso) y su vulnerabilidad, es lógico pensar que difícilmente pudiesen superar el tiempo y llegar hasta nuestros días. Esta exposición recibió otras obras procedentes de artistas canarios como, por ejemplo, una acuarela titulada Panorámica de Santa Cruz de Tenerife, de Luis Alonso Manrique. Asimismo, composiciones musicales (Santiago Tejera Ossavarry), proyectos pedagógicos (Juan de la Puerta Canseco), estudios científicos (Gregorio Chil y Naranjo), productos farmacéuticos (Carlos Landa) y otros géneros (Gregorio Martínez, “Cigarrillos Imperiales”).
Después de todo este periplo en el que incluimos alguna que otra visita a Madrid, regresa a su tierra natal, Gran Canaria, recibiendo diferentes encargos no necesariamente escultóricos, como retratos a distintos personajes del lugar. En este sentido no podemos avanzar en el estudio de la obra de este artista debido a la carencia de datos y de información sobre la misma, su localización y trayectoria temática. De todas formas, Rafael Bello no debió haber sido muy pródigo en cuanto a encargos y producción artística se refiere. Se comenta, entre otras cosas, que efectuó un retrato (óleo sobre lienzo) del escritor don Benito Pérez Galdós (1843-1920). Se encuentra en el Gabinete Literario de la capital grancanaria. Un lienzo sin firmar pero que el profesor Campos Oramas, después de un preciso estudio, llegó a la conclusión de que podría pertenecer a la paleta de Rafael Bello. Si aceptamos esta autoría, debemos afirmar entonces que supo manejar mejor los pinceles que la gubia, pues sabemos que llevó a cabo el primer busto del escritor y músico Bartolomé Cairasco de Figueroa (1538-1610) en la plaza que lleva su nombre de Las Palmas de Gran Canaria. Aunque la prensa la definió como una perfecta obra de arte, muy pronto los elogios se volvieron al revés, porque el material de ejecución, el yeso, no pudo resistir las inclemencias del tiempo. Y después de sucesivas apaños y arreglos, el busto se retiró definitivamente del hermoso pedestal de piedra labrada, un proyecto pensado y diseñado por una comisión compuesta por el historiador Agustín Millares Torres, Luis Navarro Pérez, el arquitecto José Antonio López Echegarreta, el pintor Manuel Ponce de León y Francisco J. Bello. Fue inaugurado en 1879. El actual busto es obra del escultor italiano Paolo Triscornia di Fernando, quien también cuenta con excelentes ejemplos marmóreos en espacios abiertos del barrio de Vegueta, de la citada capital gran canaria, así como en su Cementerio Municipal.
Tenemos noticias de otra obra escultórica de Rafael Bello. Una representación alegórica de Gran Canaria, que estuvo formando parte del conjunto ornamental de la vieja Alameda. También conoció igual destino que la anterior por la vulnerabilidad del material, es decir, el yeso. Lamentamos mucho no poder contar con estas obras, ni siquiera con fotografías que testimonien su existencia y que nos acerquen al estilo de su autor cuya muerte se produjo en 1928, a los 78 años de edad, siendo sepultado en el cementerio municipal de la capital grancanaria.
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CAMPOS ORAMAS, Javier: Benito Pérez Galdós. Óleo sobre lienzo, sin firmar … XII Coloquio de Historia Canario-americana (1996), vol. 3, Casa de Colón, Las Palmas de Gran Canaria, 1998, pp. 305-315
FRAGA GONZÁLEZ, Carmen: Plazas de Las Palmas. III Coloquio de Historia Canario-americana (1978), vol. 2, Casa de Colón, Las Palmas de Gran Canaria, 1980
FUENTES PÉREZ, Gerardo: Canarias: el clasicismo en la escultura. Cabildo de Tenerife, 1990
QUESADA ACOSTA, Ana María: La escultura conmemorativa en Gran Canaria (1820-1994). Excmo. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, 1996
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